Roberto Durán silenció al mundo entero y demostró que era un "león" en el ensogado.
Acabó el 27 de mayo de 1983 con Davey Moore en una pelea realizada en la ciudad de Bophuthatswana, Sun City en Sudáfrica. Fueron ocho asaltos de duro castigo, sin piedad. Moore acabó con el rostro totalmente desfigurado y se fue a Estados Unidos con las manos vacías. Durán fue recibido como héroe nacional, otra vez.