OPINION

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Nuevos

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Por Milcíades Ortiz Jr.
Catedrático

Quienes tienen dinero por herencia sabrán cómo vivir siendo ricos. Pero los llamados "nuevos ricos" tienen que aprender esta dulce lección, aunque Ud., no lo crea. Eso es así porque ser rico tiene sus exigencias y maneras de actuar, que no siempre conocen los que de la noche a la mañana llegan a tener bastante dinero.

Por esta razón a veces se "conoce a la legua" cuando una persona es "nuevo rico" y cuándo no. En primer lugar, no es de extrañar que algunos nuevos ricos vengan de hogares muy humildes. Ya sea que consiguieron el dinero porque estudiaron duro (no es muy frecuente); o porque se metieron a la política (más común en Panamá), se ganaron una lotería o hicieron un chanchullo; lo cierto es que hay que saber comportarse como ricachón.

Por lo general el nuevo rico quiere que todo el mundo sepa que lo es. Por eso buscará símbolos de status (posición social) y los lucirá como un trofeo. Podrán ser autos lujosos, yates, casonas en la ciudad y las playas (no el simple interior del país), viajes al exterior en hoteles cinco estrellas, etc. (será ¡pedante!) Ni hablar de la ropa y las comidas. Es fácil ir a una tienda "de caché" y decir: "quiero que me den lo más caro y dígame si combina".

Lo vestirán de arriba abajo con la última moda, aunque a veces esos lujosos trapos incomoden un poco. (hay que usarlo porque así se visten los ricos). Claro está que se alejará de las antiguas amistades para buscar las de su nuevo nivel, aunque lo miren de reojo. No se tomará el trago favorito porque es "muy de pobre" (demostraría su otra vida) y le pedirá al mozo del bar una bebida exótica.

No volverá mucho por el antiguo barrio por miedo a que "le hagan algún daño a su auto lujoso". También tendrá miedo que le pidan dinero, cosa que estaría dispuesto a dar si le sirve para resaltar su nueva vida de ricachón.

Sus hijos irán a caras escuelas y colegios, aunque sean unos burros. Y les pagará cuánto educador particular sea necesario, para que pasen con la nota mínima. Meterá a los chicos en karate, piano y violín, danza (escuela privada, por supuesto) y a estudiar idiomas.

Sus hijos lucirán también ropas de marca de última moda, y su mujer no saldrá del salón de belleza, acicalándose. Ante los amigos presumirá de su dinero y no le extrañe que saque tarjetas de crédito de platino, o rollos de billetes. Aprenderá a hablar de plazos fijos y acciones de la bolsa. Hasta puede que llegue a comprar una revista económica, aunque después no entienda "ni papa" de lo que dice.

Llenará su casa de cuadros y costosas cerámicas, mullidos muebles y televisores con enormes pantallas. (ni qué decir de la última computadora). Pero no les extrañe que ante un sofisticado buffet, exclamen adoloridos: "¡quiero arroz con porotos!".

 

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