Este es un país muy curioso: todo producto que se haga afuera, es mejor que el que tiene su origen aquí. Se prefiere la música extranjera (gracias a Dios eso lo están cambiando Samy y Sandra Sandoval, los Plumas Negras, Ulpiano Vergara, Manuel Abrego y tantos otros); mejor es el deportista foráneo; y hasta la comida de afuera es mejor que un buen plato de pescado con patacones.
Parece que es un complejo. Despreciamos con facilidad todo lo que aquí hacemos: nuestras creaciones artísticas, nuestros atletas, nuestra música, nuestras tradiciones, nuestra riqueza nacional, nuestros galanes... nuestras mujeres.
Es hora de ir cambiando esta mentalidad de perdedores. Para ello, debemos leer mucho de nuestra historia, nuestros antecedentes, que hoy nos tienen en este momento presente. Si nos alejamos de los antecedentes, ignoraremos los valores y circunstancias que nos hacen ser nación.
Aprenderemos de los errores y los aciertos. Y valoraremos que en el concierto de países que conforman este pedazo de roca llamado planeta Tierra, Panamá tiene su espacio y su riqueza, inimitable, única, y... nuestra. |