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El ejército estadounidense se prepara para la guerra anunciada que podría incluir bombardeos espectaculares, difundidos por televisión, así como operativos secretos.  |
Despliegue de tropas y de materiales, organización de logística, precisión de los blancos a golpear: el ejército estadounidense se prepara para la guerra anunciada por el presidente George Bush tras los atentados del 11 de septiembre, algunos de cuyos escenarios ya han sido experimentados contra Irak y Serbia. Esta campaña "podrá incluir bombardeos espectaculares, difundidos por televisión, así como operativos secretos, secretos hasta en el éxito", resumió días atrás el jefe de Estado norteamericano.
Desde hace varios días, las fuerzas estadounidenses multiplican los preparativos.Todas las tropas recibieron órdenes de despliegue, los buques ya zarparon hacia el Golfo y el Océano Indico, se enviaron aviones militares lo más cerca posible de Afganistán, donde gobiernan los talibán y que es el blanco principal de Washington a raíz de su apoyo a Osama bin Laden.
Otros países como Sudán y Yemen, que estarían albergando a terroristas ligados al principal sospechoso de los atentados en Nueva York y Washington, podrían ser también objetivo de las misiones clandestinas de los norteamericanos. Frente a un Afganistán pobre en infraestructura y capacidad mili primera potencia militar del mundo, equipada de manera ultra-moderna, puede prescindir de una participación europea."No nos necesitan", admitió un responsable francés que pidió anonimato.
Políticamente, el respaldo internacional es importante. Militarmente, los estadounidenses sólo pedirían ayuda a los británicos con los que realizan incursiones áereas casi cotidianas sobre Irak. Antes de emprender un ataque, Estados Unidos debe primero definir con precisión los blancos, utilizando sus servicios de inteligencia, sus satélites de observación, sus aviones y helicópteros equipados con cámaras, y sus espías capaces de infiltrarse en una población para reunir información.
Como en las guerras contra Serbia en 1999 y contra Irak en 1991, la prioridad debería ser el control del cielo, de manera de anular las redes de comunicación de los talibán, su defensa antiaérea y neutralizando su abastecimiento energético.
Misiles crucero y bombas podrían además apuntar contra los aeropuertos, rutas y puentes, sensibles para el desplazamiento de los talibán. Controlar el cielo afgano es esencial además porque todo indica que las unidades especiales de Estados Unidos deberán jugar un rol de primer plano en las operaciones."Van a utilizar sobretodo las fuerzas especiales", confió un responsable militar occides indispensable tener bases de retaguardia en los estados fronterizos con Afganistán, para eventuales operaciones de "búsqueda y socorro" para salvar un eventual piloto eyectado de un avión abatido o un comando en problemas.
Toda guerra de envergadura implica una logística amplia: para alimentar a los combatientes, equiparlos, revitalizarlos en combustibles, y hasta curarlos. Por cada piloto de un avión, es necesario un respaldo de varias decenas de hombres y mujeres. Ese despliegue puede prolongar los preparativos de la guerra.
El inicio de la represalia que, debería ser con efecto sorpresa, será decidido por Bush. A diferencia de la guerra llevada adelante contra Serbia, el conflicto que emprende EU, arriesgado, podría hacer estallar en pedazos el concepto de "cero muertos" defendido en la última década por Washington para evitar las pérdidas humanas propias. |