Domingo 20 de sept. de 1998

 








 

 

 


MENSAJE
La depresión

Monseñor
Rómulo Emiliani

La depresión es uno de los problemas más grandes que nos encontramos, una de las enfermedades psicológicas más comunes y que más estragos está haciendo en el siglo XX. El vacío del hombre, el no encontrarle sentido a las cosas, a la vida, a lo que hace, unido a las prisas, a los nervios, al luchar denonadadamente por surgir, por tener una economía segura y a esas excesivas preocupaciones que vienen y nos azotan en esta vida moderna, está llevando a los seres humanos al borde del colapso nervioso, a la ruina de la depresión.

La depresión puede ser el signo, el timbre de alarma de un vacío existencial en el hombre moderno. La señal de que algo grave está pasando en el yo interior. Paradójicamente lo triste de esta enfermedad es que parece un refugio seguro contra lo anterior, un ámbito interior en que desea situarse para buscar amparo ante toda esta problemática moderna.

Uno puede acostumbrarse a buscar ese refugio como si fuera una droga y meterse allí cada vez que vengan los problemas fuertes. Lo cierto es que es fácil encontrarse con deprimidos en cualquier parte y lugar. Su rostro inexpresivo o triste, su aspecto exterior descuidado, su inactividad, su indiferencia por todo, su hundimiento psíquico, su estado de inercia, nos muestra a un ser humano derrotado, presa fácil de las drogas, sean lícitas o ilícitas, de los medios de diversión. Sin entusiasmo por la vida, son personas que encuentran mil argumentos para estar como están, ven el lado negro de la vida con mucha facilidad y sobre eso montan justificaciones para permanecer como están.

El deprimido causa en su ambiente problemas, ya que sus relaciones interpersonales son muy débiles, muy pobres. Causan problemas porque angustian a sus seres queridos. Preocupan a todo el mundo y causan lástima o ira. Y así acentúan su estado.

Algunos de los síntomas que pueden presentarse en las personas deprimidas son los siguientes:

a.- Se convierte en un autónoma en su trabajo, hace las cosas por hacerlas, sin vida, sin entusiasmos, de manera mecánica.
b.- Se contenta con hacer lo mínimo.
c.- Se vuelve irrascible como protesta a su situación.
d.- Puede caer en un llorar continuamente, sintiéndose alternativamente mejor o peor. Puede pasar largas horas durmiendo o quedarse en la cama o en una silla hora de horas.
e.- Se autodesprecia satisfaciéndose al contemplar su propia rutina.
f.- Se vuelve triste. Nada le da alegría.
g.- Se siente sin vigor, ni energía.
h.- Están estancados en un presente sin realización por lo cual pierde sus ideales.
 
El que padece de depresión tiene en el fondo, un deseo de destruirse, de acabarse, ya no quiere luchar pues se declaró a sí mismo derrotado, ya se declaró haber perdido la batalla por la vida. Todo lo ve gris negativo, sin solución.
Las causas de la depresión pueden ser diferente naturaleza; algunas bastantes pasajeras, otras de un carácter más permanente.
a.- La depresión puede ser causada por algún golpe fuerte en la vida, una pérdida irreparable; por ejemplo, un ser querido, un negocio que salió mal, un fracaso muy grande, una desilución muy fuerte o algún hecho del pasado no solucionado emocionalmente, que resurge y provoca complejo de culpa, rechazo a uno mismo complejo de inferioridad.
b.- Puede ser producida por hechos negativos que se acumulan sin que les dé soluciones.

 

 

 

 


 

PUESTA EN ESCENA
Teatro Obrero.

 

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