Muchos grupos liberales en extremo están pidiendo la ausencia total de normas porque, según ellos, sólo así se pueden asegurar el progreso de la nación. En la educación, piden total liberalización, lo mismo que en la seguridad social (matando el concepto de solidaridad); en el transporte, en la producción y comercialización, en el ejercicio profesional, y demás.
Tal vez la intención no sea mala. Sin embargo, como en todo, hay que esperar lo peor de algunos avivatos que se aprovecharían de semejante apertura para hacer de las suyas, abusar de los menos favorecidos, y llenarse el bolsillo de dinero.
Porque este grupito piensa es en eso, el dinero en sus bolsillos y no en el desarrollo nacional y el crecimiento generalizado. No piensan que si todos tienen suficiente dinero, y más, habrá más posibilidades de hacer negocios, de competir, y mejorar los niveles de vida.
No... ellos piensan es en que no haya reglas ni vigilancia alguna, para así poder sangrar a la colectividad, quitarle todo lo que pueden, y hacerse ellos de fortuna fácil, sin mayor transpiración. En países pequeños, subdesarrollados, sin mayores ventajas frente a las grandes economías, abrir sin ninguna restricción, liberalizarlo todo abruptamente lo que trae es pobreza, desconsuelo y abusos. |