De chica, Lily Valdés solía dibujar y pintar en las paredes. Como castigo tenía que lavarlas. Artista al fin, volvía a pintar. Era un nunca acabar.
A los 17 años, la vida la encaminó hacia la pintura. Mayo Hassán fue clave en este viraje que la hizo renunciar a la arquitectura, para casarse con la plástica, amor que perdura.
"Una vez que arranqué no he parado, para mí la pintura es una carrera seria en la que sólo los que tienen perseverancia y resistencia sobreviven. Llevo el arte en mis venas", dice. Lo entendemos mejor cuando explica que su abuela Thelma Escoffery y su bisabuelo materno, Montifiori Toledano, eran súper artísticos.
¿Con qué otros intereses comparte Lily su afecto por la plástica? Con Iñaqui, su hijo de once meses y con Alex Gandásegui, su esposo desde hace 7 años, su novio desde los 16 y amor de su vida, quien también dibuja y siempre la ha apoyado y alentado.
Además, aunque le gustaría vivir del arte, ella es realista, en Panamá esto no es tan fácil. Así que ella, quien dijo ser casi como un pulpo, se las ingenia para estar en todas. Dice que es "muy trabajadora; trabajo desde que tengo uso de razón.. ahora trabajo desde hace más de 5 años en TVN Canal 2 como ejecutiva de ventas, mi vida profesional la he dedicado a la publicidad, desde diseñadora gráfica, ejecutiva de cuentas, verificadora de la publicidad engañosa hasta vender lo que más amo que es TVN".
Lily vive con su familia y dos boxers y un beagle en el área revertida, rodeada de verdor, pues, "amo la naturaleza y la selva, mi casa es como estar en una finca en el valle, fresca, cómoda, todo de madera, blanco y ladrillo"..
La artista plasma ese amor por la floresta en sus cuadros, de los que expone 50 en una muestra que inaugurará el 24 de septiembre en Arlene Lachman Galería.