Las aguas negras provenientes de los sanitarios invaden la entrada del Hospital Manuel Amador Guerrero y esas condiciones las observó el ministro de Salud, Camilo Alleyne, durante su reciente visita a la provincia de Colón.
El problema es tal que se ha formado una quebrada improvisada que circula por una de las esquinas del hospital que mantiene con los olores fétidos el lugar y que luego son esparcidas por las llantas de los vehículos.
El espectáculo es desagradable por que para caminar o transitar en automóviles los pacientes y sus familiares deben taparse la nariz y no hablar por que las moscas pueden introducirse en su boca. Las aguas negras pueden causar enfermedades hasta los mismos pacientes que buscan atención.
Recientemente en ese hospital los trabajadores organizaron una operación limpieza, pero se necesitan más apoyo tanto de personal de mantenimiento como de material para el aseo. Aunado a este problema, personal médico del nosocomio y los pacientes tienen que soportar a los indigentes que han improvisado sus casas de cartón en los alrededores.