Un conflicto de tierra entre dos familias de escasos recursos y que viven en condiciones infrahumanas, que ha pesar de haber trascendido a la Defensoría del Pueblo, está a punto de terminar en un derramamiento de sangre.
Las partes disputan un lote bajo la jurisdicción del Ministerio de Vivienda (MIVI), localizado en el poblado Los Tecales, áreas revertidas del distrito de Arraiján.
Esta dramática historia tiene sus orígenes desde el año 2002, cuando las oficinas de enlace a cargo de la ex coordinadora del MIVI, Yolanda de Medina, durante la administración pasada dio un ultimátum en una resolución en esa época a la beneficiaría del lote Nº 68, a Anayansi Castillo.
El documento expedido por el MIVI le otorga un plazo de 30 días a la señora, que se le adjudicó la parcela en respuesta a una urgente necesidad habitacional, para habitarlo junto con su cuadro familiar, de lo contrario se le anularía la adjudicación del terreno y se procedía a entregar el bien inmueble a otra familia de condiciones humildes que presentara la necesidad de una vivienda digna.
La señora Anayansi Castillo en medio de una crisis de nervio recuerda que en el año 2000 se le adjudicó el lote en calidad de damnificada cuando se ordenó el desalojo y la demolición del edificio Don Rafael, localizado en un punto de la capital donde arrendaba un pequeño apartamento.
"Desde esa época he luchado con mucho sacrificio para mejorar las condiciones del lote, ubicado en un área de una topografía irregular muy inaccesible, colindante yacía una quebrada, con carretilla y ayuda de mis hijos a punta de pulmón lo nivelaron fue mejorado", recuerda.
Embargada en una incertidumbre, contó que levantó una pequeña casita improvisada de madera y zinc de segunda en condiciones paupérrimas por la difícil situación económica que atraviesa siendo padre y madre de sus pequeños niños, le era imposible construir una estructura de bloques.
Alterada cuenta que todo marchó con normalidad en el cambio de administración específicamente el día 5 de febrero del 2005, después de transcurrir tres años que se le obligó habitar la vivienda permanentemente se sorprende cuando llegó del trabajo encontró a una familia construyendo una casita de madera en la parte trasera del lote. De acuerdo con la joven a través de la resolución Nº DNDS-37 del 2004, el Ministerio de Vivienda MIVI inconsultamente, sin siquiera notificarle le adjudicó el terreno a otro cuadro familiar, supuestamente por abandono.