Martín Erasto Torrijos Espino, de 41 años, asumirá hoy la presidencia de Panamá dejando atrás sus actividades empresariales y su pasado como empleado de McDonalds cuando residió en Estados Unidos.
Torrijos llega a la presidencia bajo la sombra de su padre, el general Omar Torrijos Herrera, quien paradójicamente derrocó en 1968 a Arnulfo Arias, esposo de la presidenta saliente, Mireya Moscoso.
Torrijos vivió parte de su juventud en Estados Unidos, donde estudió Administración de Negocios en la Universidad de Texas y posteriormente fue empleado de la empresa de hamburguesas McDonalds.
Antes de ser nombrado viceministro de Justicia, en 1994, durante el gobierno de Ernesto Pérez Balladares, Torrijos era prácticamente un desconocido. Tras el fracaso del proyecto de reelección de "El Toro" surgió en 1999 como candidato presidencial, pero fue derrotado por Mireya Moscoso. Torrijos ganó en mayo pasado los comicios bajo el estandarte de la lucha anticorrupción.
El nuevo mandatario ganó la presidencia de Panamá en mayo con un holgado porcentaje de votos, el 47 por ciento, lo que le permitió a la coalición que lidera, del Partido Revolucionario Democrático (PRD) y del Partido Popular, alcanzar 44 de las 78 curules en disputa.
El apellido Torrijos se encarga de recordar a sus opositores, evoca a los panameños el régimen militar que culminó en el gobierno dictatorial del general Manuel Antonio Noriega, derrocado en 1989 por una cruenta invasión estadounidense.
Sin embargo, el principal legado del gobierno del general Torrijos fue la recuperación del canal interoceánico mediante los tratados firmados en 1977 con el presidente Jimmy Carter.
"En mi gobierno, el que robe, que se atenga a las consecuencias", ha advertido el presidente electo.
COMPROMISO
Aunque Torrijos no ha revelado su estrategia para crear mayor número de empleos y aumentar los ingresos del Estado, el Mandatario se comprometió a impulsar un programa masivo de construcción de viviendas populares, en alianza con la empresa privada y revisar una reforma tributaria aprobada hace dos años, por considerarla mal diseñada.
Torrijos deberá enfrentar, además de los grandes problemas sociales del país, una urgente reforma a la estatal Caja del Seguro Social, cuyo programa de jubilación se encuentra al borde de la quiebra; la construcción de un tercer juego de esclusas en el Canal, obras que podrían superar los 8.000 millones de dólares, y la eventual construcción de una carretera que una a Panamá con Colombia, a través del denominado Tapón del Darién.
Aunque el gobierno de Torrijos es prudente al analizar el estado de la economía que le dejará el gobierno saliente de Moscoso, la CEPAL prevé que la economía panameña crecerá en un 5% este año, "dado que en el primer trimestre la economía se expandió en un 6,1%".