Con sólo entrar a su residencia pudimos percatarnos del valor que ella le ha dado a sus raíces y lo que a diario hace.
Casilda de Montenegro, oriunda del pueblo del Cocal de Las Tablas, es una de los tantos santeños, que emigraron de estas tierras para lograr sueños.
Desde muy joven se convirtió en modista, trabajando para una fábrica de producción masiva.
A finales de la década de los ochenta, ya jubilada, ingresa junto a su esposo Bienvenido Montenegro al conjunto folclórico de la Asociación Cívica de Santeños Residentes en San Miguelito, dirigido entonces por el profesor Edgardo De León Madariaga, con quien aprendió mucho de lo que hoy hace, pues el contacto con el grupo despertó en ella la creatividad y el ingenio.
Después de 15 años de coser para el folclore, Casilda afirma que no tiene queja, pues siempre hay quien esté interesado en llevar algún vestuario de carácter folclórico.
Vasquiñas, chambras, camisillas, coletas y ropa infantil, son su especialidad, así como las polleras blancas y peticotes, aunque su primera salvedad a quien busca sus servicios, es que no hace polleras propiamente dichas, sino vestuario folclórico.
Pero su principal mercado son los niños y los conjuntos folclóricos,tanto del patio, como del exterior, pues le ha tocado enviar vestuarios para grupos a Nueva York y Miami, con quienes no pierde contacto.
Casilda, está convencida de que su éxito ha sido respetar las normas y el buen gusto, al momento de confeccionar una prenda de vestir , por lo que además se ha convertido en consejera de sus clientes.
Ganadora de premios en concursos de polleras, Casilda es una artífice del folclore desde su máquina de coser, desde la que ha confeccionado cientos de prendas para las panameñas amantes de su tradición.