¡Plof, plof, plof! fue lo único que escucharon. Inmediatamente, vieron la sangre teñir su ropa de rojo cual pintor que plasmó un óleo que les desgarraba el alma del dolor que les provocó la bala que injustamente tocó sus cuerpos.
De seguro algunos se preguntarán: ¿Qué sucedió? Resulta que estaban en el lugar y momento equivocado.
Ayer, miércoles, caminaban tranquilamente por la Pedro Barrio, en El Chorrillo, cuando la comunidad delictiva de ese lugar decidió iniciar sus rutinarios tiroteos por sus rivalidades.
Los heridos fueron Terla Ana Jarvis, de 48 años, y Virgilio González, de 49, a quien el último día de sus vacaciones se le convirtió en un tormento.
El hombre fue alcanzado por un impacto con entrada y salida en el glúteo izquierdo, y la mujer fue herida con un tiro en el muslo izquierdo.
Cuando llegaron al Hospital Santo Tomás reflejaban el dolor en sus rostros que provocan los antisociales con las armas ilegales que circulan en el país y que ponen en riesgo la seguridad y vida de los panameños.