Antes que salga el sol sobre el horizonte panameño, Clara ya se ha puesto en pie.
Tiene que dar inicio a su larga faena diaria que incluye el atender a sus cinco hijos y a su concubino, además de limpiar la casa, ir al mercado, lavar y planchar.
Detrás de su rostro demacrado, Clara esconde una historia de maltrato piscológico, económico y físico que pareciera no tener fin.
Aunque su aspecto parece el de una mujer de 40 años, ella no llega a los 25, pero es que como diría literalmente el refrán: "La vida, o quizás su esposo, la han maltratado demasiado".
Hoy es el último día de la vida de Clara, pero ella no lo sabe. Caerá víctima de una de las cotidianas golpizas que su marido Ramón le dará.
Esos maltratos no son nada nuevo para ella, pues cada vez que su concubino regresa borracho la emprende en su contra. Las causas suelen ser diversas: a veces porque la comida no está en la mesa cuando él llega en horas de la madrugada, sin importar que no es mucho, para no decir casi nada, lo que aporta.
También cuando desea tener relaciones sexuales y ella no esta dispuesta las respuestas son siempre las mismas: golpes y más golpes. Pero Clara siempre calló, porque en la familia de corte machista en la que creció le enseñaron que la mujer es propiedad del marido y debe aguantar todo para conservar el matrimonio.
Pero las cosas se pasaron de los límites, pues después de la más salvaje golpiza que el menudo cuerpo de Clara pudiera soportar, ella pereció en su vivienda.
El único testigo de la tragedia, además del victimario, fue su pequeña bebé de año y medio que no dejaba de llorar.
Ella nunca conoció de boletas de protección, mucho menos de derechos humanos; sólo fue una de las tantas mujeres que creyó haber conocido al amor de su vida, pero lo que encontró fue una pesadilla que la llevó a la muerte.
La historia de Clara es un retrato basado en hechos verídicos.
Es el relato de decenas de mujeres víctimas de la violencia de género que han dejado sus vidas en las manos de seres que alguna vez dijeron que las amaban, pero terminaron por arrancarle los más preciado que puede tener un ser humano: la vida.
FRIOS NUMEROS, CALIENTE PROBLEMATICA
Detrás de los fríos números que demuestran una problemática que durante muchos años no se le brindó la importancia que merecía están las historias de víctimas inocentes del femicidio.
Según las más recientes estadísticas suministradas por la Defensoría del Pueblo, hasta el mes de julio se habían reportado 47 asesinatos de mujeres, y por lo menos 28 de ellas perecieron a manos de esposos, novios o concubinos.
Una dramática realidad que en los últimos años, lejos de disminuir, crece, pues en el 2008 murieron 42 mujeres y el año pasado la cifra se incrementó a 80.
LUZ DE ESPERANZA
Pero a pesar de la difícil realidad hay quienes no descansan por buscarle una solución a la problemática y que se impongan sanciones más severas para los responsables de la violencia de género.
En horas de la mañana de ayer, miércoles, fue presentado en un hotel de la localidad el anteproyecto de ley por medio de la cual se tipifica y se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de la violencia y la discriminación contra las mujeres.
El anteproyecto de ley que consta de 7 capítulos y 61 artículos, incluye entre otras cosas en el artículo 12 la tipificación del "femicidio" como un delito y se le impone una pena máxima de 30 años de cárcel.
En el capítulo 2, en los artículos del 15 al 18, se sanciona la violencia psicológica, sexual, la violación dentro del matrimonio, el acoso sexual, el hostigamiento, la violencia económica, patrimonial y laboral contra las mujeres.
Otro de los aspectos innovadores en el anteproyecto es que se modifica el Código Penal y se define lo que es el acoso sexual y lo amplía al ámbito laboral, educativo y a la vida cotidiana.
También se establecen sanciones contra aquellos servidores públicos que se nieguen o retarden la asistencia para investigar los delitos.
Se menciona también que la reparación a las víctimas debe ser proporcional al daño causado; la detención inmediata de los que incumplan las órdenes de alejamiento, así como las multas a las empresas que se nieguen a investigar las denuncias de acoso sexual y maltrato, entre otras cosas.
El Defensor del Pueblo, Ricardo Vargas, destacó la importancia de la iniciativa y prometió el apoyo incondicional de la entidad.
Manifestó que se busca que la ley sea completa por lo que se examinan las experiencias positivas que han tenido otros países.
Indicó que en el proyecto se habla de la creación de centros de acogida para la víctimas donde las mujeres y sus familias podrán recibir todo tipo de tratamientos, alejándolas del alcance del agresor.
La ministra de Gobierno, Roxana Méndez, también se mostró entusiasmada con el proyecto, porque aunque en Panamá se ha avanzado en materia normativa todavía existen muchos vacíos que ahora se retoman luego de un ejercicio de varios años de observación y de diagnóstico sobre la situación nacional y que de manera oportuna se le han venido dando respuestas.
EN EL RECUERDO
Y mientras en una solitaria bóveda de un cementerio yacen los restos mortales de Clara, los que la quisieron de verdad esperan que su muerte no haya sido en vano, y que sirva para crear conciencia en toda una sociedad sobre el flagelo que representa la violencia de género, en espera que la alianza que han establecido diferentes sectores de la sociedad rinda frutos y no haya más mujeres ni niños maltratados.
