La sorpresiva y poco promovida visita a Cuba del presidente Ricardo Martinelli, quien se reunió con el mandatario del país caribeño, Raúl Castro, ha desorbitado al país y confundido a quienes han perdido la perspectiva del cambio que sigue la política latinoamericana.
Al respecto, el vicepresidente y canciller, Juan Carlos Varela, afirmó que este viaje del presidente Martinelli con su esposa y tres hijos "tuvo un carácter personal y de descanso" y negó que se haya llevado a cabo para tratar "asuntos diplomáticos".
Es importante destacar que Varela lleva adelante las relaciones internacionales de Panamá con una visión muy clara y esto lo demuestra el reconocimiento de Honduras tras las elecciones generales en ese país y la intermediación en el conflicto entre Colombia y Venezuela.
Ahora, con la invitación a Panamá del mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, el país adquiere una posición diferente, y la arriba comentada visita del Ejecutivo a la isla de Cuba lo reafirma como un acto que supera las diferencias ideológicas para ponderar iniciativas de carácter social y económico.
La visita a Cuba se da luego de la cita entre el recientemente ascendido mandatario de Colombia, Juan Manuel Santos, y su par venezolano, Hugo Chávez, y después de que la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, se reuniera con el canciller argentino, Héctor Timermann, con quien conversó sobre temas regionales y de mutuo interés para los dos países, entre ellos, la situación de Honduras y el encuentro de Santa Marta. No debemos olvidar la relevante participación de la gobernante argentina en la región sudamericana.
En el caso de Panamá, los megaproyectos sociales de la administración Martinelli tienen más similitudes con los del presidente de Brasil, Lula Da Silva y en el sector educativo parece haber más semejanzas con el de Uruguay, el antiguo país de los tupamaros.
Sin embargo, en la región centroamericana existen diferencias, por ejemplo, entre el Gobierno de El Salvador de Mauricio Funes (ex guerrillero del Frente Farabundo Martí) y el régimen sandinista de Nicaragua. Funes se ha acercado más a Estados Unidos que el partido de derecha ARENA, anteriormente en el poder.
La interrogante que surge es si Estados Unidos se encuentra al margen de estos movimientos o les ofrece un solapado apoyo.
En esta época existen la izquierda y la derecha, pero sus posiciones parecen ahora favorecer las mismas reglas del juego: la llegada al poder por la vía electoral; salirse de este marco es ir contra la historia, Varela así lo ha comprendido y sobre esa base se ha llevado a cabo el viaje del presidente Martinelli a Cuba.
