Las crecidas que han causado estragos en Pakistán no retrocederán por completo hasta fines de agosto, dijo un meteorólogo, un sombrío pronóstico para más de 20 millones de personas que han quedado sin hogar o se han visto afectadas por las lluvias monzónicas.
La magnitud del desastre ha puesto al límite los recursos del Gobierno, la Policía y el Ejército, que manejan gran parte de las gestiones de socorro. Milicianos islamistas se enfrentaron durante la noche con la policía en el noroeste del país, y ésta dijo que los insurgentes intentan explotar la debilidad de las autoridades mientras encaran las crecidas.
El meteorólogo, Arif Mahmood, dijo que las grandes crecidas siguen avanzando hacia ciudades como Hyderabad y Sukkur en el sur y podrían causar más inundaciones. Empero, agregó que no se pronostican copiosas lluvias para esta semana.
"Es una buena noticia para los organismos de ayuda que participan en las operaciones de rescate y socorro", agregó.
Las inundaciones, que comenzaron hace tres semanas, anegaron decenas de miles de aldeas, matando por lo menos a 1, 500 personas y afectando, directa o indirectamente, a 20 millones, dijeron las autoridades.
La semana pasada, las Naciones Unidas solicitaron $459 millones de ayuda internacional inmediata para Pakistán. Los grupos de socorro se han quejado que hasta ahora la respuesta ha sido muy tímida, pero el vocero de la Organización de las Naciones Unidas, Maurizio Giuliano, anunció ayer que más de la mitad del dinero, el 54, 5%, ha sido entregado.