Desde que el comerciante de origen asiático, Choi Sun, de aproximadamente 40 años, llegó al hotel Toledo en David, aparentemente ya había planeado su suicidio: esperó por varias horas para que le dieran una de las últimas habitaciones de uno de los pasillos.
Ayer, jueves, en la tarde, el guardia de seguridad del hotel tuvo que abrir forzosamente la habitación 23 del hotel porque el chino no había salido a pesar de que se le había cumplido el plazo por el cual había pagado.
La gran cantidad de sangre que había sobre la cama anunciaba que algo anormal había pasado en la habitación. El suicida escogió el baño para ahorcarse luego de haberse cortado las venas presumiblemente con una navaja.
Una fuente del Ministerio Público dijo que en la escena había una carta escrita en español, donde el ciudadano hablaba sobre el suicidio alertando a quien lo encontrara para que diera aviso a las autoridades.
Se informó que el cuerpo estaba vestido y colgaba del tubo donde se pone la cortina del baño. Usó sábanas enrolladas y tela de las almohadas alrededor del cuello.
La muerte para él después del corte en las venas, era inevitable por la cantidad de sangre que perdía.