El hombre me llamó y me extrañé porque no lo reconocí. Resulta que fue compañero de estudios en el Instituto Nacional, en los años cincuenta. "Estuve dieciocho años en el exterior y ahora tengo meses de vivir en Panamá", me dijo. Luego me preguntó si iba a votar por el NO en el referéndum sobre la Ampliación del Canal.
Yo le fije que me había quedado toda mi vida en Panamá y por eso conocía la realidad de cómo actúa el pueblo panameño.
"No me extrañaría que la gente vote por el SI", dije al ex compañero de estudios, quien es médico.
Eso no le gustó. Me dijo que votaría NO porque unos "cuantos se quedarían con la mayor cantidad de plata por la Ampliación del Canal".
Le indiqué que el panameño está pensando que algo "le chorreará", de lo más de cinco mil millones de dólares que costará la Ampliación.
Entonces quise contar algo de historia política al recién llegado.
Le dije que muchos panameños votarían SÍ porque "se comen cualquier cuento bonito que les echen".
Señalé que así ocurrió cuando después del gobierno de Endara, el pueblo votó por uno de los representantes del gobierno dictatorial, como era el Toro.
Recuerdo que gente del exterior no entendía cómo luego de unos cuantos años, los votos del pueblo llevaban al poder al mismo partido que era el "brazo político" de la dictadura, el PRD.
Más tarde con la decepción de las privatizaciones de la luz y teléfono, el pueblo se volteó. Le hizo caso a las promesas de doña Mireya.
Su gobierno estuvo lleno de escándalos y suspicacias.
Todavía se recuerdan los regalos costosos a legisladores, el hundimiento de un helicóptero, numerosos viajes, el escándalo de las donaciones de Taiwán... y la plata del pueblo usada para comprar trajes y joyas caras... para no lucir "andrajosa".
Entonces el pueblo se comió otro cuento: El famoso "sí se puede" y le dio la presidencia nada menos que...¡al hijo del primer dictador militar!
Por lo visto el panameño es fácil de convencer en las urnas. Se va de un lado para otro. A veces le da el voto a unos notorios sinvergüenzas y elimina a gente correcta y honrada.
Así que basado en esos llamados "antecedentes", no me extrañaría que muchos votaran SÍ, aunque el proyecto de ampliación tenga muchas dudas... ¿Se comerán otro cuento más?