El lanzamiento de la candidatura unitaria opositora del gobernador de Zulia, Manuel Rosales, disipó la amenaza de una estrategia abstencionista para desafiar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que busca su reelección el 3 de diciembre.
"El hecho de que se presente una candidatura única de la oposición, con un hombre que habla un lenguaje popular y populista, que promete cosas y que apela al tema de la valentía, que llama a no rendirse, va a influir en una disminución del ánimo abstencionista", dijo a la AFP el sociólogo Tulio Hernández.
Rosales, de 52 años, lanzó el miércoles su candidatura presidencial en acuerdo inédito con los demás aspirantes de la oposición y con su apoyo manifiesto, al cabo de tres meses de intensas negociaciones.
"No vamos a detenernos en la mitad del camino, vamos a Miraflores", el palacio presidencial, retó Rosales.
Chávez amenazó en febrero con llamar por decreto a un referendo para permitir su reelección en la presidencia varias veces, como "castigo" a la oposición si decidía no postular candidatos para deslegitimarlo.
El candidato cuenta con el respaldo de Julio Borges, del partido Primero Justicia, de centro derecha, y de Teodoro Petkoff, ex líder guerrillero de los 60 y ex ministro de Planificación a fines de los 90, quienes depusieron sus aspiraciones presidenciales en favor de Rosales.
En cambio, la socialdemócrata Acción Democrática (AD), con 65 años de fundada y que llevó a sus dirigentes a la presidencia de Venezuela en seis ocasiones desde 1948, decidió abstenerse en las elecciones presidenciales: no tendrá candidato ni apoyará a ninguno, en un intento por deslegitimar los comicios.
"El hecho de que Henry Ramos (secretario general de AD), un dirigente tradicional de los viejos partidos que la población ha rechazado, sea el abanderado del abstencionismo va a poner a dudar a la gente sobre si ese es realmente el mejor camino o si se trata de un nuevo fracaso", comentó Hernández.
Ramos fue el impulsor del boicot a las elecciones legislativas de diciembre de 2005, con el retiro de las candidaturas a tres días de la fecha de la votación.
Aunque Borges, con Primero Justicia, y Rosales, con su partido Nuevo Tiempo, estuvieron en contra del boicot, finalmente se vieron forzados a retirar sus candidatos al parlamento.
La abstención fue entonces de 75%, y el partido Movimiento Quinta República, de Chávez, y sus aliados, coparon los 167 escaños del Congreso unicameral.
Sobre la imagen que proyectará Rosales, el sociólogo opinó que "regresa el estilo del político tradicional, que primero es concejal, luego diputado, alcalde y gobernador. Con ello enfrenta la antipolítica y realza el oficio de político".
Rosales, quien se formó como maestro, tiene 27 años de actividad política en el Zulia, y es uno de los dos gobernadores opositores, de entre los 24 estados del país.
"Aunque su candidatura no aparece claramente con un perfil socialdemócrata, el discurso lo muestra como un líder de centro izquierda, y eso marca una diferencia importante con los dirigentes del golpe (de abril de 2002) y del paro (petrolero en diciembre 2002 - enero 2003), más identificables con una cierta oligarquía o vistos como neo-yuppies", señaló Hernández.
En su discurso de lanzamiento, Rosales hizo un llamado a mejorar la redistribución de la riqueza petrolera y prometió atacar el alto índice de desempleo con un seguro.
"Creo que estamos ante el inicio de un reaglutinamiento político de más largo aliento y lo saludable, una vez que pasen las elecciones en diciembre, será que se diseñe una cartografía más clara de la política venezolana", apuntó Hernández.
"Lo mejor será que la oposición aprenda a diferenciar entre la unidad y las alianzas estratégicas. La idea de la unidad ha hecho mucho daño en Venezuela, porque ha puesto a girar todo en torno a Chávez", insistió el analista.
"Venezuela necesita que se saque a Chávez del centro del debate y se fortalezca una estructura de partidos con propuestas propias", concluyó.
