Policías de las tres principales ciudades de Bolivia se rebelaron en demanda de mejores retribuciones, declararon una huelga de "brazos caídos" y exigieron al presidente Evo Morales un trato salarial similar al dispensado a la fuerza armada, que la semana pasada recibió un aumento.
El movimiento de protesta de la policía estalló el miércoles en la ciudad de Santa Cruz y se extendió a las ciudades de La Paz y Cochabamba.
La protesta no afecta a ningún estamento de la oficialidad policial y se circunscribe sólo a los agentes de las entidades departamentales, que reúnen a unos 24.000 miembros en todo el país.
La medida, que podía extenderse este jueves a la ciudad de Sucre y a otros municipios de la Amazonía boliviana, agitó el recuerdo de un motín policial en febrero de 2003 por aumentos y contra un impuesto a los salarios, que devino en sangrientos enfrentamientos armados entre policías rebeldes y militares leales al presidente de entonces, el liberal Gonzalo Sánchez de Lozada.
El comandante nacional de la Policía, Isaac Pimentel, cuya cabeza reclaman los policías en rebeldía, descartó un motín policial como el de 2003, que dejó 11 policías, 5 militares y 14 civiles muertos y cerca de 200 heridos.
"Nosotros estamos conscientes que no va ocurrir eso", dijo Pimentel en rueda de prensa en el Palacio Quemado tras reunirse este jueves con el presidente Evo Morales para analizar la situación.
Pimentel aseguró la normalidad de los patrullajes en todo el país y garantizó el funcionamiento de los mecanismos de seguridad ciudadana.
Sin precisar fechas ni montos, el jefe policial afirmó que habrá un incremento salarial con los recursos que generen los impuestos a la producción petrolera.
Sin embargo por el momento la administración Morales declinó atender la exigencia salarial de los agentes.
"La situación financiera (del país) no lo permite", enfatizó el viceministro de Presupuesto Edwin Aldunate. "No hay que olvidar que ellos (los policías) tienen algunos bonos colaterales" a sus salarios, que fueron mejorados por última vez en 2005, esgrimió.
En Santa Cruz un dirigente de los agentes, Roberto Barrios, que se declaró en huelga de hambre "hasta las últimas consecuencias", reclamó al gobierno de Morales el mismo trato salarial que reciben las Fuerzas Armadas, cuyo personal recibió la semana pasada un 5% de aumento.
"No tenemos envidia de que mejoren los sueldos a los de las Fuerzas Armadas, pero hay total malestar en la Policía. Yo, como suboficial, tengo 27 años de servicio y gano 1.500 bolivianos (poco menos de 200 dólares). Un efectivo de mi rango en las FFAA gana el doble. Nos duele que el Gobierno se olvide de los policías", deploró.
Mientras tanto un grupo pequeño de oficiales de la reserva exigió la renuncia del comandante Pimentel y de la ministra de Gobierno, Alicia Muñoz, cabeza del sector, durante una protesta por mejores retribuciones en las cercanías del palacio Quemado de La Paz.