Desde tiempos prehistóricos, la cebolla ha sido cultivada y consumida como alimento. La cebolla es uno de los vegetales comestibles más antiguos, tiene una historia de 3.500 años.
Sus orígenes no son muy claros, aún cuando verosimilmente su tierra de origen parece ser el Asia menor y el Mediterráneo.
Era una de las comidas preferidas por los egipcios que, la adoraban como divinidad y, junto al ajo, constituía la única fuente de sustento para los esclavos ocupados en la construcción de las pirámides.
Los griegos y romanos la usaban para curar la tos, el resfriado y el mal de garganta y, junto con un poco de sal, constituía un desayuno habitual, además de ser usada en innumerables platos.
La cebolla fue desembarcada en América con los colonos Pilgrims (padres peregrinos) del Mayflower y se empezó a plantarse en el 1648, justo cuando se pudo acondicionar el primer terreno americano para plantarla, si bien había ya una clase de cebolla salvaje que crecía libremente en Norte América que los nativos empleaban de muchas maneras: jarabes, cataplasma, para teñir y hasta para juguete.