Félix Sánchez, actual campeón olímpico y dos veces mundial de 400 metros vallas, se enfrenta hoy, martes, a su hora más difícil, la final de los Mundiales de Helsinki, porque por vez primera en cuatro años no será el favorito y corre peligro de quedarse, incluso, sin medalla.
Una lesión en septiembre pasado y una calcificación en el pie izquierdo arruinaron su preparación invernal. Su condición física, cuando se dispone a defender su título, está lejos de ser la idónea para enfrentarse a la triple amenaza estadounidense y sobre todo al cachorro de la especialidad, Keron Clement.
El atletismo latinoamericano pierde opciones con la trayectoria renqueante de Félix Sánchez, pese a la gran progresión de Bayano Kamani, panameño nacido -como Félix- en los Estados Unidos.