Crítica en Línea
En las montañas de Ocú, provincia de Herrera, la familia Gómez Pimentel vivía en extrema pobreza, a tal punto que no tenían nada qué comer, dormían en camas de cañazas y de palo; en medio de estas limitaciones asumieron el cuidado de un niño enfermo, que fue abandonado. Esta familia nos dijo que querían más al niño enfermo adoptado, que a sus propios hijos.
Cuando conocimos esta historia en 1998, recuerdo que tuvimos que subir por las montañas del distrito de Las Minas, luego cruzamos en tres ocasiones al río Parita colindante con tierras del distrito de Ocíº. Al llegar a la comunidad de El Guarumal, utilizamos un camino limoso que había que moverse en zigzag para no resbalar, porque era escarpado, el mismo serpeaba, se enturbiaba y a veces desaparecía... al fin llegamos al rancho de la familia Gómez Pimentel.
Allí estaba Erick, acostado boca arriba sobre la precaria estera de cañazas que le servía de lecho. A su lado se encontraba su madre adoptiva, Lidia Pimentel, recuerdo que al saludarla me contesto sin ganas, miró al niño y los ojos se le "aguaron".
Arcelio Gómez, su padre adoptivo nos dijo en aquella ocasión (1998); "este niño nos lo regalo su verdadera madre cuando apenas tenía cinco días de nacido. Hubo que hacerle transfusiones de sangre, le dio polio, lo estuvimos llEva, Crítica en Líneando al hospital. Corrimos con todos los gastos, y aquí lo tenemos ya cumpliendo nueve años", dijo apesadumbrado en aquella ocasión, con una expresión tragicómica.
Luego que se conociera todo este drama, el Club de Leones de Chitré, y muchos panameños donaron dinero, camas y muchos enseres para aliviarles la pesada carga de pobreza de esta gente. Hasta una casa de bloques se les construyó.
En enero de 2, 001 me encontré con el señor Arcelio Gómez en Ocíº y me comunicó la infausta noticia de que su esposa Lidia había fallecido; quedando él solo al cuidado de Erick.
Sus hijos biológicos, ya no estaban en casa, el varón se fue a trabajar en otra provincia, y la niña (ahora señorita) estudia en Pesé. Al estar solo con el niño parapléjico, las maestras de la escuela de El Guarumal se encargaban de alimentarlo todos los días. Supe (por los moradores) que Erick ya tenía 17 años, "estaba hermoso, y nos saludaba levantando una mano", dijo un hermano de Lidia (q.e.p.d), cuñado de Arcelio.
Tres personas del lugar me dijeron el pasado lunes 2 de agosto que Arcelio hace cuatro meses se fracturó la cadera, por lo que dolorosamente ya no podía seguir cuidando a Erick.
BTRISTE FINAL
Como Arcelio ya no podía cuidar de Erick, hicieron que su verdadera madre se lo llevara con ella que vive con otros hijos más, en extrema pobreza. Ese día lunes 2 de agosto pasado, realicé una gira por las tierras altas de Herrera; me encontré con un entierro, saludé a la gente, y más adelante me entero que a la persona que enterraban bajo una pertinaz lluvia era a Erick. "Ese joven murió de hambre, con los ojos abiertos y con hormigas en la boca", dijo el cuñado de Arcelio, secundado por otras tres personas.
He sabido que a los ciegos se les desarrollan más los sentidos del oído y del olfato. Ahora me pregunto si los limitados dotes físicos y mentales de este joven le agudizaron el sentido del amor, porque su corazón no sufrió.