Una condena por parte de todos los ciudadanos decentes de este país es lo que merece el hecho de que el Comité Olímpico de Panamá (COP) haya gastado parte del dinero que se le dio para sufragar los gastos de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 en llamadas telefónicas, regalos personales y cervezas.
Cuando en este espacio se pedía el informe de cada uno de los gastos de los Juegos, con sus respectivas FACTURAS, algunos "COLEGOTAS", cínica y desvergonzadamente, trataron, mas no pudieron ni podrán, de enlodar la labor de este servidor diciendo que en qué mundo vivía si ya Melitón Sánchez, flamante presidente del COP, había presentado dicho informe.
Y ¿las facturas? ¿alguien vio o había visto las facturas? Pero ahora se sabe que el propósito de no presentarlas era ocultar los desmanes de Melitón y su séquito de sinvergüenzas, cuyo máximo logro ha sido enviar al deporte nacional al fondo de un escusado de lodo y estiércol.
No les basta con hacerle daño a nuestros deportistas, dejándolos por fuera de los Juegos Bolivarianos, como hicieron con Alex Sánchez y Meylín Barragán, del taekwondo, sino que también tienen que "beberse" el dinero que supuestamente está dirigido "única y exclusivamente" a ayudar a los atletas.
Qué falta de respeto, cervezas y regalos personales en un informe que se supone es netamente deportivo.
El COP ahora es capaz de alegar que se ha violentado su autonomía, punto que está plasmado en el Capítulo 4 de la Carta Olímpica, hecho que no ha ocurrido en este caso, porque parte de los 130 mil dólares que utilizaron en Atenas no provenían del Comité Olímpico Internacional (COI), sino de fondos del Estado panameño, por lo que es hora de que los integrantes del COP que hicieron mal uso del dinero reciban un castigo ejemplar y respondan ante los tribunales de justicia.
Roger Moscote, presidente de la Federación Panameña de Natación (FPN), uno de los responsables de la decadencia de este deporte y quien ejerció el cargo de jefe de delegación durante los Juegos de Atenas, tiene que aclarar esto. No puede ser que él se haya dado el lujo -que no se lo merece- de hacer fiesta con la plata del pueblo.
¡Ayudemos al deporte!