¡De vuelta! He estado algo fuera de la farándula, pero viendo un montón de películas, muchas de ellas muy malas y otras detestables, pero mi masoquismo es más fuerte que yo, pero sigo viendo cine.
Afortunadamente, recientemente hice la fila larga hacia una sala local para ver el último filme de Michael Bay (La roca y Armagedón), producida por Steven Spielberg y basada en los juguetes de Hasbro. ¿Habrá que explicar más? Ok, Autobots vs. Decepticons, y la verdad es que me ha resulta el mejor espectáculo visual de la temporada.
La versión de Transformers es una de esas películas de la década, aquellas que nos sorprenden por su impacto y aluden a nuestra infancia, así como pasó con los dinosaurios, hace más doce años, dirigidos por el propio Spielberg, o los señores piratas cuando salieron la primera vez (hablo de las aventuras de Jack Sparrow).
El asunto es que de una serie animada se ha logrado armar una historia muy coherente sobre un joven y su primer auto.
Se trata de Sam (un excepcional Shia Lebouf) a quien su padre le regala su primer auto que resulta ser Bumblebee, soldado protector del humano en la guerra de los robots en la tierra. El resultado, ya saben.. esperen la segunda y tercera parte. Calificación: 4