Uruguay sustrajo ayer la medalla de bronce que parecía se iba a colgar Argentina en Río de Janeiro, con un triunfo por 93-99 en la prórroga del partido que definió el tercer puesto del torneo de baloncesto de los Juegos Panamericanos.
Una tan bien planeada como milagrosa canasta de Sebastián Izaguirre cuando se moría el encuentro dio la igualada a 81 al equipo celeste y la posibilidad de llevar la definición a la prórroga, en la que los de Alberto Espasandín marcaron diferencias al calor del impulso anímico que traían de los 40 minutos reglamentarios.
Con este resultado, Uruguay obtuvo su primera medalla panamericana en el baloncesto, fruto ayer de una actuación impresionante de Fernando Martínez y de la garra más que del buen juego.