La propuesta efectuada por un grupo de investigadores panameños para producir un combustible barato para el consumidor, demuestra que existen alternativas para enfrentar la crisis del encarecimiento de los derivados del petróleo.
El Elogas, que es un combustible 90% alcohol de caña, 7% gasolina y 3% una fórmula experimental, puede ser la salvación para miles de automovilistas y transportistas que ya no soportarían otro aumento de la gasolina y el diesel.
Y es que el proyecto experimental de la Universidad Tecnológica de Panamá ha llegado a ser tan novedoso que hasta empresarios de Brasil, Europa y Norteamérica se han interesado en desarrollar este producto, el cual puede ser implementado en masa.
Empero, es urgente prepararse ante la inminente crisis petrolera, pues el barril de crudo amenaza con subir hasta los cien dólares en los próximos meses.
La utilización del gas licuado en automóviles, sobre todo para bajar costos en los gremios del transporte selectivo, puede significar una respuesta inmediata al aumento del combustible en Panamá.
El Gobierno nacional debe estudiar la posibilidad de desarrollar nuevas alternativas energéticas para el consumo vehicular, como parte de lidiar con el tema petrolero.
También existe otra alternativa revolucionaria que ahora los escandinavos están explotando. El transporte urbano de varias ciudades en Suecia utiliza un combustible derivado del jugo de uva, similar al vino, para movilizar los pesados, pero ecológicos, autobuses articulados en esa nación nórdica. Este producto, según los creadores del mismo, es igual de potente y barato que el Etanol, que es el combustible más promovido derivado de las plantas.
Aunque usted no lo crea, hasta el vino sirve para combustible alternativo.