El rostro es una de las partes del cuerpo que la mujer cuida con más esmero, pero hay quienes producto de una riña terminan con cicatrices que hacen de su vida un martirio.
Mujeres de barrio se pelean por doquier, algunas por los maridos, otras por rencillas viejas o por alguna deuda. Pero hay quienes han llegado a parar en corregidurías y juzgados nocturnos y en última instancia detrás de las rejas por causarles a sus víctimas una lesión permanente en el rostro.
En barrios populares es normal escuchar a mujeres que se amenazan la una a la otra con agredirse o más en cortarse la cara, pero hay quienes no lo dejan en simples "pullas". De las palabras van a los hechos. Lo hacen sin importarles las repercusiones que tendrá esta marca en el rostro de la otra persona.
"Crítica" conversó con una de estas mujeres que, producto de una pelea con otra, tiene su cara marcada. La llamaremos Nubia, porque nos pidió reserva de su nombre, debido a que pocas personas donde ella vive actualmente saben que la cicatriz fue a causa de una pelea.
Nubia tiene 38 años. A los 20 años formaba parte de un grupo de jovencitas que frecuentemente estaban metidas en problemas.
Tenía una enemiga que no quería verla Viva, Crítica en Línea y había jurado matarla. Ella no se dejaba de nadie, un día la enfrentó y se fueron a los puños.
En esa ocasión Nubia ganó la pelea, pero su rival no quedó conforme con el resultado y prometió vengarse. Pasaron las semanas y una noche en un bar de Calidonia, ambas mujeres se encontraron frente a frente.
Su rival fue directo a ella y sin decir muchas palabras sacó una navaja de afeitar del pantalón y le cortó parte de la mejilla.
Ese día nunca lo olvidará porque su rostro quedó con una pequeña cicatriz que le recuerda a diario que la violencia engendra violencia, recalcó Nubia.
El caso de esta mujer es común en barrios como El Chorrillo, Santa Ana , Curundú y Pueblo Nuevo, confirmó el inspector Rubén Fellibouis, inspector de la División de Homicidios de la PTJ.
Mensualmente en esta división se atienden 35 casos de lesiones personales. Los casos tramitados dependen de si la lesión produce debilitamiento permanente de un órgano, o si la agresión deja una señal visible a simple vista o permanente en el rostro y, además, si la incapacidad otorgada es mayor a los 30 días. En casos así el expediente radicaría en la División de Homicidios y posteriormente a la Fiscalía Auxiliar.
Las lesiones son evaluadas por el médico forense, quien determina la incapacidad y al tener la señal visible en el cuerpo, posteriormente se determina si el expediente quedará radicado en una Fiscalía, Personería o Corregiduría.
El inspector agregó que la mayoría de los casos registrados implican como agresora y víctima a integrantes del sexo femenino.
La mayoría de las veces la causa de estas cicatrices en el rostro son por “trifulcas de barrio”.
El delito de lesiones personales tiene detención preventiva y la agresora puede enfrentar entre 1 a 3 años de cárcel, si la señal queda permanente. Este delito tiene fianza de excarcelación y hay casos en donde se han dado hasta concertaciones entre los implicados. Lamentablemente hay quienes se olvidan de dialogar y hacen que simples diferencias se conviertan en una pesadilla difícil de borrarr.