Hay momentos en la vida en los que hay que contar hasta mil para no estallar de rabia por motivos que se escapan de nuestras manos y convirtiéndonos en fieras en potencia.
La rabia es una expresión emocional, que la igual que en los animales, usamos como escape a nuestras frustraciones, pero a veces no de forma adecuada y afectando a otros.
DEFINIENDO LA SENSACION
La rabia es la emoción más intensa que el ser humano puede sentir. Es un sentimiento que está con nosotros todo el tiempo, pero dormido y se manifiesta cuando perdemos el control de una situación, afirma la Lic. Chavarría.
Además, siempre esta ligada a sucesos, actitudes, comportamientos, etc. que sirven como detonantes.
La rabia es espontánea y aflora con la intensidad que debe salir, mientras la ira es una emoción ligada a la primera pero en otra escala.
Hay muchas personas en la cárcel por una rabia descontrolada y por ello ahora se está tratando de concienciar a la gente de que esto tiene un nombre y que cuando nos dejamos llevar por eso podemos controlarlo.
EDUCANDO AL DRAGON
Explica Chavarría que para empezar a domesticar la rabia hay que aceptar que la tenemos, si no la reconocemos no sabemos que existe y podemos hacer cosas que van hacer daño.
Al reconocer que hay rabia, se deben buscar válvulas de escape. Escribir un diario, hablar con alguien sobre lo que está ocurriendo, golpear una almohada, caminar, hacer cosas que nos puedan distraer. Si está en la oficina, puede ir al baño y romper papel o puedo buscar a la compañera con la que más confianza y comentarle el problema.