El corregimiento de Curundú fue escenario la madrugada de ayer, lunes, de otro crimen. Esta vez, un conductor de la Junta Comunal falleció a manos de varios sujetos-presuntamente-pandilleros del área, quienes le dispararon.
Víctor Asprilla, de aproximadamente 45 años, además de funcionario municipal, era uno de los barberos del área.
Tenía alrededor de cinco años de dedicarse a esa profesión. Era muy conocido y querido por los vecinos.
Tan sólo horas antes del crimen, Asprilla había participado en una actividad para repartir golosinas y regalos a los pequeños del lugar en el marco del Día del Niño.
Una vez culminada la actividad, Asprilla se quedó trabajando en la barbería, donde también habitaba, y fue allí donde los sujetos, presuntamente menores de edad, lo ultimaron.
Aunque las autoridades no han establecido un móvil, se manejan dos versiones: una de ellas es que los delincuentes huían de rivales y querían entrar al local, pero Víctor no se los permitió, y por eso le dispararon.
La otra versión es que Víctor se negó a darles dinero a los delincuentes, y lo atacaron.
Ese funcionario dejó en la orfandad a siete hijos.
El representante de Curundú, Xenen Mosquera, lamentó que las unidades del Control de Multitudes brinde poca seguridad a los habitantes del corregimiento.