Con el rostro cabizbajo y mirada esquiva, Julio Anel Bayo, principal acusado del asesinato de la funcionaria del Seguro Social, Lilia Ramos, ocurrido el 5 de septiembre de 2003, entró ayer a la sala de audiencias del Segundo Tribunal de Justicia, donde inició el juicio que deslindará responsabilidades sobre el caso.
Cuatro minutos después ingresó al recinto Anette Cedeño, la otra sindicada, quien fue sorprendida y mostró su rostro a los fotógrafos.
La audiencia la preside el juez Enrique Mon Pinzón. Un jurado de conciencia integrado por siete mujeres y un hombre, decidirá la suerte de los dos acusados.
LAS PARTES
El primero en presentar sus consideraciones al jurado fue el fiscal Ramés Barrera, quien destacó que al momento del homicidio, Lilia Ramos tenía varios meses de embarazo.
Aunque no eximió a de culpabilidad y solicitó condena para ella, el fiscal destacó que Bayo fue quien ideó la posibilidad de un aborto por parte de Lilia, y su ex pareja fue quien hizo los esfuerzos para encontrar a alguien que se encargara de ello, propinándole golpes a la entonces embarazada.
El abogado querellante Luis A. González afirmó que se actuó con premeditación.
CARRILLO DICE QUE BAYO NO FUE
Aunque las pruebas en el expediente indican que en el carro de Julio Anel Bayo se encontraron rastros de sangre, cabello y restos de las uñas postizas de Lilia Ramos, la defensa encabezada por Carlos Carrillo insistió en que su cliente es inocente de los cargos que se le imputan.
Para el abogado Carlos Herrera Morán, quien representa a Anette en el caso, su clienta es otra víctima de la mente enferma y perversa de Bayo.
Argumentó que su clienta inició una relación de noviazgo con Bayo desde los 16 años, y desde allí empezó un calvario para ella.
EL CASO
Para este caso hay una lista de aproximadamente 83 testigos, incluyendo los peritos de ambas partes, quienes desfilarán ante del jurado de conciencia. Ayer rindió declaración el médico forense José Vicente Pachard, quien le realizó la autopsia al cuerpo de Ramos.