Los cuerpos sin vida del colombiano Ricardo Morales De Icaza, de 59 años, y los obreros: Erasmo Vega, de 23, y Máximo Valdez Veroy, de 30, fueron recuperados en horas de la mañana de ayer domingo, tras quedar sepultados la tarde del sábado, luego de derrumbarse una casa de dos pisos en Sorá, en el distrito de Chame.
La construcción se levantaba sobre un lago artificial y se desplomó de forma repentina.
Tras el desplome quedaron atrapados entre las losas el dueño de la obra, Ricardo Morales De Icaza, y los trabajadores: Erasmo Vega y Máximo Valdez, quienes ejercían las labores de seguridad y celador.
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Al lugar llegaron familiares de las víctimas que desconsolados miraban hacia el inmenso lago sorprendidos por lo que había acontecido, una especie de desesperación e impotencia se percibía en sus miradas.
De acuerdo a compañeros de las víctimas, la construcción no reunía las más mínimas condiciones de seguridad, sumado a la imprudencia cometida por el dueño de la obra que al observar que la losa estaba cediendo, en vez de ponerse a salvo le pidió a sus empleados que lo ayudaran a apuntalar la construcción, quedando atrapados debajo de la misma.
Los empleados del proyecto removieron los escombros, durante la noche y en medio de una casi total oscuridad y una leve llovizna, pero no fue posible hasta las 6: 15 de la mañana de ayer domingo cuando pudieron reanudarse las labores.
En el lugar se encontraban funcionarios de SINAPROC, unidades de la Policía Nacional y miembros del SUNTRACS, que trataban de recoger información sobre las causas de este lamentable accidente que nuevamente trae al tapete, la falta de inspección de las obras por parte del Ministerio de Trabajo.
La gran interrogante ahora es cuál va a ser el futuro de la familia de los dos obreros, ya que en la mayoría de los proyectos sólo se les paga las horas de trabajo, más no seguridad social y mucho menos una póliza en casos de accidentes, como en el que se perdieron dos vidas de humildes trabajadores.