En las últimas semanas hemos visto a un grupo de políticos que saltan de un bando político a otro, sin el mayor sonrojo. Este tipo de conducta se produce sobre todo con opositores, que no soportan estar lejos de la teta del oficialismo.
Pierden de vista esos políticos que esa actitud de baila la vara es observada por los electores que poco a poco le pierden el respeto. La gente respeta a los dirigentes que son fieles a sus principios y rechaza a los que saltan de un bando a otro, para sacar algún tipo de ventaja.
Cuando el pueblo le otorga un mandato a un candidato opositor es para que realmente haga una oposición constructiva y verdadera, de lo contrario habría votado por un político del ala oficialista.
Además ese cambio de opositor a oficialista o independientes entre comillas, refleja además mal cálculo político, porque el gobierno de la Patria Nueva tiene una mayoría aplastante en la Asamblea Nacional de Diputados y un voto de los tránsfugas no hace falta.
Estos mismos políticos que hoy cambian de bando, usted los verá en el 2009 brincando hacia los partidos que en ese momento tengan mayor opción de triunfo en los comicios de ese año o quizás esperen un poco para ver qué candidato alcanza el poder, para luego sumarse a sus filas.
Los partidos que acogen a esas figuras no deberían estar tan contentos, porque reza el dicho que el que traiciona una vez, traiciona dos veces y hasta tres.