El edificio es imponente y contrasta con lo sencillo del barrio donde está ubicado. Dos estatuas enormes con los rostros de los ex presidentes y hermanos Arnulfo y Harmodio Arias Madrid, dan un toque de imponencia a la entrada del museo, dedicado a estos personajes históricos panameños.
Los jardines están bien cuidados. Personal guía con amabilidad a las personas. Varias construcciones hermosas completan este complejo museo, ubicado en la ciudad de Penonomé.
Adentro están centenares de fotografías, documentos y artículos que muestran las variadas actividades que realizaron estos personajes de leyendas.
Pensar que tanto Arnulfo como Harmodio Arias Madrid eran sencillos niños, nacidos en humilde barrio de Coclé, es algo extraordinario.
Estudiaron gracias a becas que les concedió el gobierno a principios de la República.
Tanto en Europa como en Estados Unidos, estos muchachos demostraron el genio que les dio Dios. Arnulfo se hizo médico cirujano y Harmodio experto abogado internacionalista.
Ambos llegaron a ser presidentes de Panamá y dejaron una profunda huella en el futuro de nuestra patria.
Harmodio es el padre de la Universidad de Panamá. Arnulfo entre su variada carrera política, dio vida al Seguro Social.
Una fundación se encarga de este museo, cuyas instalaciones son hermosas... ¡y costosas!
A metros más allá, sin la pompa del museo de los hermanos Arias Madrid, visité el museo de Penonomé.
Me emocioné mucho ese primero de julio al pisar la casa donde nació don Gil Blas Tejeira, primer director de la Escuela de Periodismo (que ahora dirijo).
Mantuve con don Gil Blas y su familia una cordial amistad, Eso no se ve a menudo actualmente en la Universidad, entre alumno y profesor.
Por eso me emocionó escuchar el relato de Alberto Whuete sobre la vida de don Gil Blas, escritor, periodista y diplomático.
Yo le agregué algunos datos que desconocía el encargado del museo, quien nos llevó también por otras salas. Conocimos detalles de la historia de Coclé.
Minutos antes había comprobado el aprecio que guarda la comunidad penonomeña por sus hijos destacados. Visitamos los parque dedicados a Rubén D. Carlos (padre) y a mi ex compañera de estudios de periodismo, Margarita Rosas Quirós (ambos fallecidos hace años).
Fue una actividad que llena el alma del panameño de recuerdos hermosos. Unas cinco mil personas visitan al año estos museos.
Me sentí más panameño en esos sitios...