EDITORIAL
Fútbol: pasión de multitudes
Panamá está que arde por la fiebre del fútbol. La selección nacional enfrenta hoy a México, el equipo situado en la posición número 13 de las clasificaciones de la FIFA, nosotros ocupamos el puesto 119 en dicho ranking. Sin duda que el partido se presenta como la lucha de David contra Goliat. El choque corresponderá al Grupo C de las eliminatorias de la CONCACAF para el Mundial del 2002. El estadio Rommel Fernández estará repleto y la alegría contagiosa de la fanaticada de la "Marea Roja", puede ser el elemento clave para motivar en grado superlativo a nuestros once jugadores. El honor deportivo de Panamá está de por juego y los integrantes de la selección así lo deben entender. Hay que hacer el mayor esfuerzo y jugar con inteligencia, sin cometer errores en la defensa, sin duda el lado flaco del equipo panameño. No hay espacio para el descuido ni para el juego alocado. El pueblo exige y se merece un buen resultado, que sirva en algo para alegrarlo ante el mar de malas noticias que lo agobian cada día. Reconocemos que México con su "Matador" Hernández, Cuauhtémoc Blanco y Francisco Palencia, representa un enorme peligro, pero el triunfo panameño no es imposible, porque como muy bine reza el refrán: "cada gallo canta en su gallinero". En hechos sin precedentes, la fanaticada ha respaldado a su selección. La "Marea Roja" se hizo presente en el aeropuerto de Tocumen para darle una nerviosa bienvenida a los mexicanos. Ayer se efectuaron caravanas por las calles de la capital, como parte de la guerra sicológica montada contra los jugadores extranjeros y hoy el estadio estará una multitud gritando "Panamá y pidiendo goles". El apoyo al equipo local debe ser vigoroso, pero sin perder la cordura y nuestra tradición de país cordial con nuestros visitantes. Hay que respaldar a la selección, pero sin cometer excesos, que puedan provocar la suspensión del Rommel Fernández como escenario de partidos de la ronda clasificatoria hacia el Mundial. Jugadores y barra deben ir con entusiasmo en lograr un resultado positivo, pero si la suerte no nos acompaña, no hay porque descontrolarse, Panamá todavía tiene otras oportunidades.
PUNTO CRITICO |
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