El tornado dejó
nueve muertos y más de 200 heridos

Canadá
AFP
Nueve muertos
y más de 200 heridos, seis de ellos de gravedad, es el
saldo hasta ahora de un tornado que azotó el viernes un
campamento en Pine Lake, provincia de Alberta (oeste de Canadá),
informó este sábado la Real Policía Montada
de Canadá.
Un balance anterior daba cuenta de ocho muertos -tres mujeres,
cuatro hombres y un niño de dos años, pero las
operaciones de rescate permitieron en la mañana del sábado
encontrar un noveno cuerpo.
Los equipos socorristas continuaban inspeccionando el lago
que bordeaba el campamento y sobre el que muchas personas navegaban
en el momento de la tempestad. "Esperamos no encontrar a
alguien allí, pero las búsquedas continúan",
indicó Patrick Webb, de la policía canadiense.
En la noche del viernes, más de un centenar de personas
fueron transportadas en helicóptero a los hospitales de
la región. Ayer sábado unas 60 personas se encontraban
en estado de observación, mientras que seis estaban en
estado grave.
Según un meteorólogo de Environnement Canadá,
Denis Dudley, el tornado que azotó Pine Lake fue de una
intensidad de 3 grados, en una escala de 0 a 5, con vientos estimados
en 300 km/hora.
El tornado llegó a principios de la noche del viernes
al campamento de Green Acres en Pine Lake, 200 km al sudeste
de Edmonton, la capital provincial, dijo el agente de policía
Ed Noble.
Noble, de la estación policial de Innisfail, fue uno
de los primeros en llegar al lugar tras el pasaje del tornado.
"Era un desastre.Vi muertos y heridos por todas partes",
afirmó.
Las casas rodantes volaron por el aire como si fueran juguetes
y los árboles fueron arrancados de cuajo, dijo.
Los vacacionistas también fueron arrojados de sus botes
al lago cuando el tornado golpeó sin aviso la zona, con
una duración de unos 20 minutos.
"No sabemos cuántas personas estaban presentes
en el lugar" cuando el tornado golpeó la zona del
campamento, indicaron los policías, al dejar entender
que el número de víctimas podría aumentar
en las próximas horas.
Los socorristas utilizaban tractores en la búsqueda
de posibles sobrevivientes que pudieran haber quedado atrapados
entre los escombros del campamento, mientras que buzos recorrían
el lago en lanchas ante la eventualidad de encontrar más
cuerpos.
Tornados de esta magnitud son poco comunes en el centro de
Canadá, aunque se recuerda uno que en julio de 1987 castigó
a Edmonton con un saldo de 27 muertos 300 heridos.
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