El niño Gabriel Alfonso Yangüez Chifundo, de 3 años, murió asfixiado cuando estaba comiendo en su hogar, en el residencial Los Lagos, en la ciudad de Colón. Su padrastro lo llevó con signos de asfixia al Hospital Amador Guerrero, pero no se pudo hacer nada por salvarlo.
El niño, que se congregaba en el Ministerio Apostólico Restaurando Vidas, tenía sueños de convertirse en un pastor y ya a su edad sabía alabar a Dios.
Al momento que el niño presentó el problema su madre estaba trabajando.