La Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) debe cerrar operaciones en diciembre próximo. Se estima que el 40% de las tierras y edificaciones revertidas en virtud de los Tratados Torrijos-Carter, todavía no han sido vendidos.
Las propiedades tienen un valor estimado en 5, 000 millones de balboas.
Las bases de Howard, Sherman y Davis, casi no han sido explotadas. Clayton, con la Ciudad del Saber; Fuerte Amador, con su desarrollo turístico y Albrook, con el mall de Los Pueblos, son las áreas a las cuales se les ha sacado mayor provecho.
Sin embargo, varios de los proyectos más representativos mantienen alta morosidad con la ARI, lo que hace difícil la recuperación de las inversiones para desarrollar la infraestructura, tal como ha sucedido en Amador.
A raíz de los tratados canaleros, Estados Unidos entregó a Panamá 150 mil hectáreas de terrenos y 9, 000 edificios. Se han desarrollado algunas inversiones, pero todavía no se la ha sacado el máximo provecho a esos activos nacionales.
La presencia norteamericana aportaba anualmente más de 250 millones de balboas a la economía nacional y empleaba a cerca de 5, 000 panameños. La ARI se creó con el propósito de lograr inversiones para sustituir ese ingreso que perdía el país y lograr nuevas plazas de empleo. Se logró en parte esa aspiración, pero falta más.
Todavía queda Howard, que era una de las joyas más preciadas de las áreas revertidas con toda clase de facilidades, incluyendo un aeropuerto para vuelos internacional. Ojalá que la Zona Especial que se proyecta instalar en ese sector, logre un pronto desarrollo que genere los empleos que requieren los panameños.
Así mismo, el gobierno debe tomar las precauciones para darle el adecuado mantenimiento a las propiedades revertidas una vez que desaparezca la ARI.