Pensé que era magia. Sobre la enorme piedra lisa no había ningún dibujo. Pero la señora Edna de Landau le echó agua. Entonces aparecieron curiosos dibujos, que cada persona interpreta a su manera.
Seguía con mi patrullaje de "turismo interno". Ese viernes veinticuatro de junio estaba en el sitio Barriles, en Volcán.
Se calcula que hace más de dos mil años, allí habitaban unas trescientas mil personas, en treinta y cinco kilómetros cuadrados.
Ir a ese sitio es llenarnos de preguntas sin respuestas. Nos impresionó saber que habían negros y chinos. Eso se nota en dibujos y estatuas. Además, practicaban sacrificios humanos, pero dice Edna que no comían carne humana. Se llama Barriles esta cultura indígena, por enormes piedras con forma de barriles.
Se supone que las usaban para mover cosas pesadas. A pesar de lo importante del lugar, no ha sido declarado museo ni monumento.
Doña Edna, con estudios de sociología en California, lucha junto a su familia por cuidar la finca donde se encontraron curiosas estatuas hace ochenta años.
Muchos panameños no conocen el lugar, que queda a minutos del turístico poblado de Volcán.
Pero es visitado por seis mil personas por año, la mayoría extranjeros. Luego del Canal, es el sitio turístico que más visitas recibe.
Muchos científicos extranjeros hacen estudios de la cultura Barriles. Ninguna institución del gobierno apoya económicamente la conservación del lugar.
Vimos una piedra que está llena de energía. El veintiuno de junio llegaron ciento un metafísicos.
Tocaban la piedra para "llenarse de energía natural". Yo dije que era como una batería (pila) de la naturaleza.
Quemaban a sus muertos junto con los sirvientes. Dejaban piedras marcadas que eran mapas en diferentes sitios.
Los jefes eran cargados por sirvientes. Están bien marcadas las diferencias sociales. Este es otro impresionante sitio desconocido por muchos panameños.