Si Shakespeare viviera la historia de Romeo y Julieta fuera distinta. En vez de hablar de un amor imposible por disputas familiares, hablaría de barrotes... elemento que hoy impide que las llamas de la pasión se apoderen de dos enamorados.
Este relato basado en hechos reales narra las experiencias de una pareja panameña.
Sus nombres, que no pertenecen a una novela aunque así parezca, son reales.
Betty, una bocatoreña de 25 años, contó cómo se enamoró de un convicto apodado "Flaco Bala" tras una visita que efectuó a su hermano, quien también paga una condena por infringir la ley.
Según la bocatoreña, hace siete meses, cuando en una mañana lluviosa de un martes, su hermano "Tom" le presentó a quien más tarde se convertiría en su amor sin libertad.
Un amor al que ella describe como inocente, sin sexo ni caricias, sólo besos, que hacen la espera más ardiente.
¡AHI VA LA LOCA!
Los ajenos al romance -asegura Betty- la critican y hasta la catalogan de loca, ya que según ellos es difícil pensar que un amor no se pueda consumar.
Un vecino que prefirió el anonimato, sostiene que Betty carece de amor y aunque no está mal físicamente, tiene un hijo al cual hay que mantener.
Al cuestionar a la Julieta panameña, ella niega de forma tajante que esté falta de amor, alegando que le sobran pretendientes y que su novio, aunque está preso, le ayuda a mantener a su hijo de 3 años.
La familia de Betty la apoya, aunque al principio su madre fue la primera en oponerse al romance, "Me decía, la única bruta que anda con un preso que no te puede dar nada eres tú... no piensas en tu hijo".
"Dios le creó una media mitad a todas las personas y no tengo la culpa que la mía estuviera presa", dijo, mientras comenzó a relatar su historia de amor.
Recalcó que era su destino, ya que su hermano lo acaban de trasladar de cárcel y él no conocía a nadie. Se hizo amigo de Flaco, el cual le prestaba el teléfono para llamar a su casa.
"En una visita Tom, mi hermano, me lo presentó, al parecer ya le había enseñado mis fotos, porque a él desde un principio se le notaba su interés, por mí. Yo no pensé en andar con él, tenía mi marido y un bebé.
Pero él era muy lindo, me hacía regalos y me llamaba justo cuando tenía problemas, el tope del coco fue un día cuando mi ex marido y padre de mi hijo casi me mata, él me aconsejó que lo dejara, que me ayudaría con todo y que no exigía nada, sólo que lo escuchara.
Hoy tenemos siete meses de ser novios, y lo voy a esperar aunque el mundo diga lo que quiera", expresó esta mujer enamorada.