Eran las 3: 10 de la tarde de ayer, miércoles, cuando llegó a la Sala de Guardia del Hospital Santo Tomás, esposado, un hombre de tez morena, buen vestir y mirada caída.
Ese sujeto confesó que hace un par de meses, cuando tenía un buen empleo, le daba a sus hijos B/.150.00 de pensión, pero quedó sin trabajo y tuvo que dar menos dinero.
La mujer -que no comprendía la situación- lo mandó a poner preso. Una jueza habló con ambos permitiéndole este dinero hasta que consiguiera trabajo. Hace pocos días, el hombre consiguió trabajo y la mujer le mandó los guardias nuevamente para que le subieran la pensión, pero al hombre lo botaron del empleo por este hecho.