Si sumamos todos los gastos que los estudiantes (padres de familia) de las escuelas públicas del país tienen que realizar, producto de las actividades que se realizan en los distintos planteles, sin duda alguna habrán gastado una buena cantidad de dinero. A pesar que la educación pública es gratuita, no parece serlo del todo. Todo empieza los primeros días del año con el pago de la matrícula, el uniforme, zapatos, ropa interior. Luego los útiles escolares y los textos (los que me parecen un buen gasto). Sumamos el bus colegial y el gasto de las meriendas diarias.
Pero no todo termina ahí. Un sinnúmero de actividades como los saraos en donde no sólo hay que pagar la entrada al evento, sino que hay que pagar una cuota para la compra de las sodas, chorizos, etc., mismos que también deben ser comprados por los estudiantes, para que las ganancias sean redondas. Obras de teatro, venta de artículos, la inscripción a la universidad, si es que su hijo es graduando y todo esto ocurre a mediados de año. ¿Qué nos espera para la segunda mitad? Para la formación social de los estudiantes, éstos deben cumplir con al menos 80 horas de trabajo voluntario (lo cual me parece bien), pero también acarrean gastos extraordinarios, pues los estudiantes deben viajar a otros puntos de la ciudad y comer fuera de casa. Las actividades hay que canalizarlas a través de las autoridades del plantel y pensando en en el bolsillo roto de los padres de familia. |