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En el cementerio Amador yacen los restos mortales del primer campeón mundial panameño.  |
Alfonso Teófilo "Panamá Al" Brown, hombre de estirpe humilde, orgulloso de pertenecer a la etnia negra, hijo de panameña y de un esclavo negro de Tennessee que compró su libertad para venir a trabajar en las obras de construcción del canal, representa un símbolo para el deporte panameño.
Este boxeador, nacido un 5 de julio de 1902, en la provincia de Colón, marcha a New York, a la edad de 20 años, en busca de fama y fortuna. Para ese tiempo, 1922, no era propicio a púgiles negros aspirar a campeonatos del mundo, y "Al" Brown se radica en Francia, donde logra realizar el sueño de coronarse monarca mundial de los pesos gallos.
Poseía características muy inéditas: su estatura de 5 pies 11 pulgadas, extremadamente alta para su categoría de las 118 libras, y sus largos brazos lo asemejaban un largo alambre con tentáculos interminables. Tenía 76 pulgadas de alcance y un sorprendente poder en la pegada.
Fuera del entarimado compartió muchos momentos con el escritor Jean Cocteau, poeta simbolista francés y una de las plumas más proliferas de la época. Igualmente, era uno de los hombres mejor vestidos en París en la década del 30, le gustaba mandar a planchar sus camisas a Londres, "porque en París no sabían hacerlo". Se dice que cambiaba de traje seis veces al día.
Al Brown se convirtió en el primer latinoamericano en ostentar un título mundial en la categoría gallo, cuando venció por decisión en 15 asaltos al español, Vidal Gregorio, pelea disputada el 15 de junio de 1929, en Long Island, New York. Empero también se dice que fue el 18 de junio que capturó el título.
Reinó en las 118 libras entre 1929 y 1935; en el trayecto de su carrera boxística efectuó más de 200 peleas, según algunos historiadores, ya que en su récord también figura un total de 123-18-10-55 Ko. Nunca fue noqueado y en más de una ocasión se le trató de enfrentar a Kid Chocolate, uno de los mejores boxeadores de la época, pero el pleito nunca se efectuó.
Conocido como la "maravilla de ébano", realizó 10 defensas de su título en algo más de cinco años de reinado, pierde su corona ante el español, Baltasar Sangchilli, el 1 de junio de 1935. Posterior a esto siguió peleando en París y Nueva York hasta que regresó a Panamá. Se retiró y retornó dos veces, antes de retirarse en 1942.
Al igual que muchos boxeadores de estrato humilde, que tras alcanzar fama y fortuna se dedican a la dulce vida, "Panamá Al" Brown no escapó a esta tentación, luego de lo cual muere, como otros tantos, solo y olvidado, el 11 de abril de 1951 en el Hospital Staten Island, cerca de New York, producto de una tuberculosis.
No obstante, cualquier oscura página de su agitada vida queda obnubilada frente a la gloria que dio a Panamá y con ello a Latinoamérica como uno de los más grandes boxeadores de todos los tiempos, catalogado por los cronistas de boxeo de los Estados Unidos en la posición número cuatro, en lo que respecta a las clasificaciones por división, entre los mejores gladiadores del siglo XX.
"Panamá Al" Brown estuvo ligado a la actividad boxística por espacio de veinte años y vivió por mucho tiempo en París, donde despertó la admiración del público europeo y estadounidense. En ocasión del centenario de su nacimiento, la alcaldía, en conjunto con la Comisión de Boxeo Profesional de Panamá, exaltan los méritos de este gran campeón de estrato humilde, como un tributo a todos los panameños que sin importar color, raza o credo, engrandecen el nombre del país con el producto del sudor y de su esfuerzo personal. |