En una reciente visita a Guatemala, tuve la oportunidad de revisar con el Ministro Gabriel Orellana Rojas, Canciller de esa República, la agenda bilateral que comparten nuestros países. Aquel encuentro constituyó un estímulo para seguir promoviendo las relaciones de amistad y cooperación que prevalecen entre nuestros Estados, así como el importante objetivo de la integración regional, uno de las principales metas de la política exterior de la Presidenta Mireya Moscoso. Esta política tiene importantes puntos de coincidencia con la agenda exterior del Gobierno de Guatemala, dirigido por el Presidente Alfonso Portillo. Por largos años, Guatemala ha estado a la vanguardia del movimiento integracionista de Centroamérica. En los años sesenta, esa hermana República impulsó con denuedo el desarrollo del mercado común centroamericano.
Posteriormente, a inicios de la pasada década, el Gobierno guatemalteco propuso el establecimiento del Parlamento Centroamericano, mecanismo de integración política que tiene su sede en esta ciudad y que cada vez contribuye más a la coordinación y armonización de políticas públicas para el progreso de nuestros pueblos. Guatemala también ha promovido con bríos el desarrollo del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), mecanismo en el que Panamá participa con entusiasmo y cuya Presidencia me tocó el honor de ejercer entre enero y junio del año 2000. Más recientemente, nuestros países han respondido con gran interés al Plan Puebla-Panamá, proyecto de desarrollo sustentable e integral creado por el Presidente de México, Vicente Fox, con el propósito de elevar la calidad de vida de los habitantes de la región de Mesoamérica. Panamá y Guatemala comparten otros importantes intereses. Para resarcir el sufrimiento que tanto Panamá como Guatemala padecieron bajo el autoritarismo militar, ambos Estados se esfuerzan hoy por consolidar el sistema democrático de gobierno, afianzar el estado de derecho y promover un ambiente de mayor respeto por los derechos humanos.
Estos objetivos recibieron un significativo impulso en Guatemala como resultado del proceso de paz patrocinado por las Naciones Unidas, así como por otros organismos internacionales y Gobiernos extranjeros, que comenzó a desarrollarse sustantivamente a partir de marzo de 1994. El Gobierno de Panamá, cuya política exterior busca, entre otras metas, promover la paz mundial a través la soberanía popular, el diálogo, el respeto por los derechos humanos y la plena vigencia Derecho Internacional, ha seguido con gran interés el desenvolvimiento del proceso guatemalteco de paz, cuya aplicación apoya de manera firme y resuelta. La agenda bilateral Panamá-Guatemala, que ha evolucionado positivamente desde la firma del Convenio Administrativo de 1947, comprende-además de objetivos comunes en materia de integración regional, paz, seguridad democrática y desarrollo humano sostenible-importantes acuerdos en materia comercial, sanitaria, turística y diplomática. Panamá confía que pronto añadiremos a esta lista el Convenio de Cooperación Cultural, firmado en Guatemala en 1998. |