Los errores se pagan, aunque algunos más que otros. Ariel Alberto Alvarado, jefe de la Federación Panameña de Fútbol (FEPAFUT), está intentando limpiarse las manos del "fiasco" que resultó la eliminación prematura de Panamá de la Copa Mundial Sudáfrica 2010. Las razones para que este señor se vaya son muchas y aquí le presentamos seis.
PRIMERA RAZON
De salida, a Alvarado, como el máximo jefe de nuestro fútbol, le faltó agresividad antes, durante y después del partido en el que Panamá cayó 3-1 ante El Salvador.
Alvarado jamás debió permitir que nos pusieran de árbitro al mexicano Marco Antonio Rodríguez, compatriota del técnico de El Salvador, Carlos De Los Cobos. Debió pelear, meter presión. No lo hizo.
Todo lo contrario hicieron los federados salvadoreños, ellos dejaron la diplomacia a un lado, empezaron a meterle miedo a nuestra afición, a nuestros jugadores, a los periodistas panameños. La táctica en parte les funcionó porque algunos prefirieron vestirse de blanco y no de rojo.
"No se vistan de rojo, porque no nos hacemos responsables", advertían los dirigentes del fútbol cuscatleco. Usted, Alvarado, guardó silencio y no puso en su lugar a sus homólogos salvadoreños.
SEGUNDA RAZON
Para lograr un mejor juego en conjunto, todo equipo necesita foguearse. Alvarado permitió que el equipo se quedara siete meses sin jugar (noviembre 2007-mayo 2008).
No se aprovecharon las fechas FIFA y ¿a quién le corresponde gestionar los partidos? A la FEPAFUT, de la cual, reiteramos, Alvarado es presidente.
TERCERA RAZON
Hacerse de la vista gorda de los constantes errores de Alexandre Guimaraes, a quien contrató, defendió y apoyó contra viento y marea. Incluso, tuvo la desfachatez de respaldarlo después de la humillación, porque no sólo perdimos en el estadio Cuscatlán, sino que nuestros jugadores fueron golpeados, revolcados, insultados antes, durante y después del encuentro.
CUARTA RAZON
La falta de autocrítica de Alvarado. En vez de aceptar su responsabilidad, se dedicó a justificar sus errores con argumentos totalmente fuera de contexto. Señor Alvarado, comparar nuestro fracaso con el de Italia en la Eurocopa no tiene precio. No sé qué pensaba usted cuando dijo eso, pero sus palabras son una gran falta de respeto para todos aquellos que amamos el fútbol.
QUINTA RAZON
El secretismo no es bueno para la FEPAFUT. Eso de ocultarle el salario a Guimaraes, cuya contratación resultó una mala inversión, levanta muchas especulaciones y dudas, cuando lo que el fútbol necesita es transparencia. ¿Cuánto dinero recibió Alexandre Guimaraes? Esto sigue siendo un misterio.
SEXTA RAZON
Porque el pueblo panameño, que es el verdadero dueño de la selección, ya no lo quiere. Es hora de que, por el bien del fútbol, te vayas Ariel Alberto Alvarado.