Mientras la Fiscalía Ambiental continúa con las investigaciones sobre la devastación en el Parque Nacional Volcán Barú, los grupos ambientalistas exigen sanciones enérgicas para los responsables.
Los árboles de Mamecillo (Quercus costarricensis), baco (Magnolia sororum), Mata hombro (Cornus disciflora), bambito (Ocotea austinii) que corresponden a maderas de lento crecimiento, denominadas finas y en vías de extinción que fueron taladas no pueden quedar impune.
Jorge Pittí, miembro de la Fundación para el Desarrollo Integral Comunitario y de Ecosistemas en Panamá (FUNDICCEP), explicó que el informe que se presentó a la fiscalía segunda superior que investiga por parte de los peritos es una pieza muy importante, porque se logró cuantificar la cantidad de 277 árboles con un diámetro superior a 10 centímetros.
Los ambientalistas esperan que la Autoridad Nacional del Ambiente reconozca la responsabilidad que tenían sobre estos trabajos que se estaban desarrollando, ya que nunca se debió permitir una tala de esta naturaleza.
El temor de los organismos no gubernamentales es que esto provocará un problema de credibilidad social y que pone en peligro la existencia de estos bosque si las autoridades no toman los correctivos necesarios.
Algunos residentes en Cerro Punta han afirmado que si ANAM no cuida esta área protegida ellos están dispuestos a recobrar sus fincas que quedaron dentro de este bosque.