El barrio de Sheij Yarrah, en Jerusalén Este y foco de tensiones entre israelíes y palestinos, se convierte por la noche en punto de encuentro de aficionados al deporte rey, que durante 90 minutos olvidan la política y disfrutan del Mundial.
Situado en la parte oriental de la ciudad, donde los palestinos aspiran a establecer la capital de su futuro estado, el barrio es noticia en los últimos años por las polémicas adquisiciones por parte de familias judías de propiedades en las que viven palestinos, muchos de los cuales se han quedado en la calle.
"Esta es la primera vez que vengo a Sheij Yarrah. De entrada uno no conoce estos lugares y la verdad que me impresionó para bien. Entre amigos se puede volver otra vez", explicó a Efe David Segla, un israelí de origen paraguayo que se suele juntar con una peña de jóvenes sudamericanos judíos amantes del fútbol.