La Universidad de Panamá durante los últimos dos años, ha trabajado en la elaboración de una nueva ley, producto de la participación de todos los universitarios a través de autoridades, gremios docentes, administrativos y grupos estudiantiles que inmersos en esta ingente tarea, han llegado a edificar un proyecto de vida y proyección futura a todos los panameños. Nuestra institución, con más de ochenta mil universitarios, ha dado muestra de civismo y democracia primero con la discusión del anteproyecto de ley en todas las unidades académico-administrativas de la institución y posteriormente sometiéndola a un referéndum a la población universitaria y a la faz del país. En un colectivo tan complejo como lo es la Universidad de Panamá, con toda clase de posturas y pensamientos, no dejan de existir unidades que de ninguna forma comulgan con el mencionado proyecto ni con los gestores del mismo, aunque haya sido el producto de una discusión generalizada y democrática.
Decenas de proyectos se han colocado sobre la mesa desde 1981, que han obedecido a las proyecciones de grupos, intereses, momentos políticos y coyunturales, sin embargo no han gozado de la aceptación de las mayorías universitarias. La Universidad de Panamá actualmente se avoca a un proceso de transformación curricular, que pretende actualizar los planes y programas universitarios en función del desarrollo nacional y las nuevas tendencias del mercado laboral. Nuestra universidad también ha generado una serie de proyectos de recursos propios, los cuales han propiciado la realización de actividades de calidad en las diversas especialidades que hoy día brindan servicio a la comunidad nacional. El impacto que ha producido nuestra universidad en la vida de todos los panameños, responde a las nuevas tendencias que están impresas en esta nueva ley.
Los universitarios queremos modernizarnos y poseer la celeridad e impacto necesario para contribuir de manera satisfactoria con el desarrollo del país.