Respirar es un acto reflejo. Normalmente, no nos damos cuenta de que lo hacemos, hasta que detectamos algún gas extraño.
Y en las calles de Panamá resulta cada vez más difícil no darse cuenta de que es humo negro lo que nos entra por la nariz.
El Ministerio de Salud (MINSALUD), la Autoridad Nacional del Ambiente y el Instituto Especializado de Análisis de la Universidad de Panamá coinciden en que la calidad del aire en la ciudad capital ha empeorado en los últimos 15 a 20 años, más que nada por aumentos en la densidad de población y la cantidad de vehículos a motor en malas condiciones.
El último estudio realizado por el Instituto Especializado de Análisis de la UP sobre calidad del aire dio como resultados a inicios de esta década que los promedios anuales de partículas menores de 10 micras (partículas que se encuentran suspendidas en el aire urbano y pueden ser inhaladas) están por encima de los límites establecidos como nocivos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según el estudio, el aumento por la importación de vehículos de segunda en dudoso estado mecánico, aunado al deterioro del transporte colectivo y el manejo en desorden que conduce a la formación de enormes tranques, inciden en qué tantos contaminantes inhalamos y por cuánto tiempo los inhalamos.
"La hora y media que gasta el residente de ciudad de Panamá en llegar a su destino de trabajo durante las horas pico, a una velocidad calculada de 10 kilómetros por hora, se hace en un ambiente donde el humo y los gases tóxicos provenientes de las emanaciones de los vehículos son un factor causal en el deterioro no sólo del medio ambiente, sino del organismo humano que aspira esa multiplicidad de contaminantes", señala el IEA.
Aunque fue realizado en exteriores, el informe destaca la necesidad de realizar evaluaciones similares en lugares cerrados, tales como hospitales, escuelas y oficinas estatales.
Pero la mejor forma de medir el deterioro en la calidad del aire es viendo los resultados que ha causado en los pulmones de la población. Estadísticas del MINSALUD señalan que mientras en 1993 se daban 31.6 casos de neumonía y bronconeumonía por cada 100 mil habitantes; en 2003 la cifra se disparó a 598.9 casos.
El resfriado común es el principal padecimiento por el cual las personas se atienden en centros de salud estatales. En 2004, estas atenciones por resfriado alcanzaron 142 mil. Más del doble que atenciones por casos de diarrea y gastroenteritis.
De hecho, las enfermedades e infecciones en las vías respiratorias aparecen 5 veces más en la lista de morbilidad (Influenza, Faringitis Aguda, Neumonía, Bronconeumonía y Asma).
El Doctor Martín Alpires, experto en salud pública del MINSA, señala a los principales culpables de el empobrecimiento de la calidad del aire: el monóxido de carbono, el dióxido de azufre, el óxido de nitrógeno y gases derivados de la combustión de hidrocarburos.
"No sólamente los vehículos son fuentes de contaminación del aire, sino las emanaciones por procesos industriales, y en gran medida los vertederos", señala Alpires. "Los vertederos son fuentes permanentes de contaminación del aire".
Uno de los mayores contaminantes que emanaba de los vehículos era el plomo, que fue eliminado de las gasolinas en 2003.