Hace años, no recuerdo en que zoológico, un avispado señor tuvo una brillante idea, que causo mucho impacto en el público. Luego que la gente viera diferentes aulas con fieras que daban miedo, aparecía un cuarto cerrado con una misteriosa ventana.
Había un letrero que decía que allí se encontraba el peor de los animales que existe sobre la tierra.
Añadía el letrero que era una bestia que mataba por placer; que podía atacar sin que fuera provocado; que pasaba tiempo pensando cómo hacerle daño a los demás...
Agregaba que ese peligroso animal no estaba en peligro de extinción. Al contrario, cada día aumentaba su número en el mundo, lo que convertía a la tierra en un sitio inseguro y peligroso.
La gente hacia fila para ver la terrible bestia.
Y cuando se asomaba su rostro por la pequeña ventana, lo que veía dentro... era un espejo, ¡que reflejaba sus caras!.
Sí, estimados lectores. El hombre es esa terrible especie animal que hace tanto daño, no solamente a sus compañeros, sino al mismo ambiente donde vive.
A algunos causo risa esta ocurrencia. Pero otros con más filosofía, se ponían a meditar y le daban la razón al autor de la macabra broma.
Cuando les narro a mis alumnos de Periodismo este hecho, algunos discuten que no es así.
Tengo que decirles que los animales "salvajes" no matan por placer, sino por hambre o cuidar su sitio de vida.
Sin embargo el hombre, llamado flamantemente de "inteligencia superior", sí lo hace. Allí están los asesinos en serie para probarlo.
Ni qué hablar del absurdo de las guerras. Gente muere por millones por culpa de las riquezas, la ambición, el deseo de poder, la locura racista, etc. Hay hombres que ganan miles de dólares solamente porque inventan terribles armas para matar a otros semejantes... ¡que no les han hecho nada malo a ellos! Por eso yo admiro a los animales salvajes...