El neocelandés Michael Campbell, de 36 años, reprodujo en su mente antes de afrontar la vuelta decisiva en el terrible Pinehurst 2 el "Haka" o danza guerrera maorí que intimida al adversario e infunde valor.
Casi cinco horas después ganaba el Abierto de los Estados Unidos, el segundo torneo de Grand Slam de la temporada y primero que coloca en su palmarés.
En una jornada final para valientes, el arrojo indígena de Campbell resultó decisivo. "Kia Kaha ra" (sé fuerte), se repetía una y otra vez el mejor golfista neocelandés del momento (80 del mundo) y el segundo de su país que vence en un torneo de Grand Slam tras el mítico triunfo del zurdo Bob Charles, quien lo hizo en el Abierto Británico de 1963.
Había que ser fuerte y "Cambo", el sobrenombre que le puso su abuela indígena maorí, a fe que apretó los dientes cuando rebasó en el décimo hoyo a un hundido líder de inicio, el surafricano Retief Goosen, quien no paraba de cometer "bogeys".
Con Goosen hecho papilla (hizo 81 golpes) y los norteamericanos Jason Gore y Olin Browne por la misma bajada sin frenos, Campbell puso la directa hacia el título y sin mirar atrás.
" Kia Kaha ra! Kia Kaha ra!" era el grito que resonaba una y otra vez en la mente de Campbell. el camino hacia el título del jugador neocelandés se trabó cuando el estadounidense Tiger Woods, vigente número uno del mundo, comenzó a meter "birdies" (hoyos 10,11 y 15) para situarse a tan sólo dos impactos.